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martes, 15 de marzo de 2011

Las memorias.

Era un martes muy transparente y yo le pedía a mi esposo que me arreglara una pulsera extravagante que había comprado en un bazar a sólo cinco pesos, yo estaba tomando café en una taza que compramos en el halloween del 2009 y que no tiene aza por que, se ha caído tantas veces pero no se decide a desaparecer. Yo estaba pensando en esos días, en cosas triviales, en que mi tío estaba recién muerto, en que me quería mucho y lo único que yo tenía eran unos mensajes de él en mi celular que me envió un mes antes de morir, y en eso mi celular negro y pequeño vibró en la mesa de madera que mi madre me dejó en el patio de la casa donde ya no vivo más, y entonces yo miré fijo a mi esposo componiendo esa pulsera, cuando mi papá me dijo que mi abuela había muerto la noche anterior, que si quería ir a la funeraria, pensé millones de cosas en fracciones de segundos ¿Cómo es que nos estaba pasando eso? ¿Cómo en tan pocos días se habían muerto dos personas? Mi tío falleció el quince de diciembre, mi abuela no soportó la muerte de su hijo y se tiró a la depresión y ya tenía ochenta y tres años, se durmió y no volvimos a verla.

Cuando me acerqué al ataúd, la ví ahí quieta, inerte, llena de tranquilidad, venían a mí flasback's de los lejanos días idos, de esas epócas en su casa, de mi vida a su lado y ahora, estaba ahí en medio de una sala fúnebre, con una ropa negra y elegante, mi padre estaba triste y desecho pues perdió a su hermano menor y a su madre en diez y ocho días, cuánta melancolía se respiraba ese martes de enero, hasta yo que no fuí muy afortunada con ella, sentía ese dejo de nostalgia pues, mi abuela estaba muerta.

Ahora, después de tantos años, he comprendido muchas cosas, como no fui capaz de decirle un día que lamentaba mucho su crianza, su niñez, debí regalarle la muñeca que nunca tuvo, debí ver las cosas positivas también y agradecerlas.

Ahora, ellos ya no están y no pueden remediar nada, la única y los únicos que podemos cambiar la historia y nuestras vidas, somos nosotros, no cometiendo esos errores de antes, viviendo pensando en nosotros y en ellos, ellos ya saben mucho... Ahora nos toca aprender a nosotros.

sábado, 12 de marzo de 2011

Si quieres hacerlo, hazlo.

Después de mucho tiempo de no escribir por acá, vuelvo a retomar ésto... Mi abuela murió el día tres de enero de este año, pero ese es tema de otro post.

A lo que quiero ir es a que, muchas veces leí en los foros de los que por suerte me ausenté ( o me banearon por mi encantadora personalidad) A mujeres deseosas de ser madres, con posibilidades de serlo, jóvenes, con familia hecha, con todo a su favor -por que si lo tienen todo a su favor- Pero algo las detiene ¿Que es? El miedo, eso que nos bloquea y nos saca canas de colores, malos ratos y continuas apariciones de eventos pasados que, nosotros tomamos a cuenta como parte del presente. Y dicen: ''Ya iré luego al médico para platicar y ver que me dice'' ó '' Si quiero ir pero me da miedo.'' Y saben que de todos modos se verán ahí en el médico por que en el fondo de sus corazones es lo más desean en el mundo, pero más puede el temor que las ganas y entonces se pasan los años y los años y los años y ese ''todo'' a su favor se vuelve un desperdicio de tiempo, yo he perdido tres bebés como algunas personas ya saben y claro que también sentí temor por próximos embarazos, pero mi deseo de formar una familia con el hombre que yo amo pudo más que todo ese nerviosismo enfrascado que no me llevaba a ninguna parte.

No sé si influye que, en mi segundo embarazo yo tenía veinte años y que en realidad era un embarazo sorpresa, o si influya que me sentía segura al lado de mi esposo con quien he compartido casi 7 años de mi vida, pero estaba emocionada, por que sentía que ésta vez las cosas SI iban a salir bien y que mi hijo iba a cuidar de su hermano o hermana acá en mi panza, así fue y hace casi cinco años nació mi hija Sora, quien nos ha dado mucha alegría y muchos días felices, pasé los mejores meses de mi vida cuidándola junto a mi esposo, viendo como crecía, sus logros pequeños pero grandes para nosotros, luego al tiempo llegó mi hija Leona, que terminó por completar nuestra familia robándonos sonrisas y momentos llenos de esa magia que poseen los niños. Aunque el panorama tiempo después se volvió a poner triste cuando perdí a mis gemelitos en el verno del año 2009, después de esa pérdida tan grande y tan dura, he decidido -por mí- No volver a tener hijos biológicos, por que mi cuerpo ya no está capacitado para ello, ni tampoco deseo volver a ser madre biológica, mi esposo aún no está muy de acuerdo con ello pero sé que con el tiempo él comprenderá.

Mis planes a futuro en el camino de la maternidad, son de poder adoptar un niño y un niño ya grande de entre 6 y 8 años, todo ser vivo merece tener la oportunidad de vivir en una familia, con dos padres que sean o no consanguíneos amen como a nada en el mundo a esa criatura que merece llevar una vida digna, no es que tenga miedo de quedar embarazada, es que ya no lo deseo y aparte estoy segura que mis niños en las tierras del verano, estarán felices de que les demos a otros niñitos aquí en la tierra de tener una familia, creo que con eso podré cumplirles esas promesas que todavía y por toda la vida les seguiré cumpliendo.

No hay que detenerse ante las dificultades, ni hay que sugestionarse con el cuerpo de uno, más bien hay que saber que la palabra MAMÁ no simplemente es parir un hijo, si no, parirlo del corazón, llevar ese proceso que a veces es tedioso por que se desea y por que se valora la vida, ser mamá de vientre es fantástico, es genial, es lo mejor que la naturaleza le haya podido dar a uno como mujer, pero ser PADRES del corazón debe ser lo máximo... Y ver en los ojos de una criatura llena de esperanza la hermosura de un amor realizado.

Si quieren ser mamás, háganlo, si tienen miedo de pasar otra desgracia no se detengan, no caigan en el juego del miedo, no lo oigan y no le hagan caso, detrás del miedo no hay nada, el miedo es un gato asustado que si lo abrazan puede ser su amigo o puede irse y dejarlas de molestar, sean madres y padres, vayan con quien tengan que ir, realicen sus sueños... Denle oportunidades a la vida, vivan de modo armónico y en confianza... Si quieren hacerlo, háganlo... Por que no se arrepentirán y caminarán el mejor trayecto que hubieran caminado antes.