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domingo, 26 de septiembre de 2010

En mis palabras.

''Cada que veo a una mujer y sé que ha perdido un hijo me parece que estoy mirando un hada sin las alas, aunque sus pasos sean acompañados por más pies pequeñitos''.


Muchas veces no sabemos como ayudar o apoyar a los demás y pensamos que hacemos lo mejor en esos momentos, la mayoría de esas ocasiones nunca hemos atravesado por las circunstancias en las que esa persona se encuentra. Hay de situaciones a situaciones pero hay unas que puntualmente nos sacuden y nos transforman, perder un hijo es una catástrofe para quienes hemos tenido ese pesar y las mamás que tenemos hijos vivos e hijos muertos nos vemos en una especie de laberinto absurdo por que a nuestro alrededor se preguntan...''¿Por qué está triste si ella tiene otros hijos? ¿Por qué no puede olvidar y salir adelante por sus otros hijos?'' Esas preguntas siempre nos las están haciendo a las mamás que estamos de los dos lados, que conocemos la alegría de sentir una vida en nuestro interior, de dar a luz y de cuidar, criar y encaminar un nuevo ser humano que ha venido de nosotros...Lo ambiguo es que también tenemos el corazón muy extremo por que, sabemos lo que es que nos digan que...''El embarazo se detuvo, no hay nada''. Sabemos esa clase de vacío que se siente en el estómago cuando nos vemos ahí sentadas en una silla esperando a que alguien venga a darnos la última estocada y nos aviente a una realidad mucho más complicada, mientras vemos a nuestra pareja y a nuestros otros hijos vivos sin entender que nos está pasando.

Sabemos lo que es intentar pegarse a la chichi -teta, seno, pecho- A un bebé chillón que tiene el pelo sudado y que las manitas parecen de figurita de porcelana, sabemos lo que es no dormir durante muchas noches de nuestras vidas por cuidar a ese mismo bebé remolón que no se quiere dormir por que tiene calor, frío, miedo o por que simplemente le pican los mosquitos y quiere que le rasquemos el pie...Pero también sabemos lo que se siente mirar una ropa de bebé y saber que el que ha muerto nunca la va usar, sabemos de esa otra sensación que nos da en el estómago y que se llama nostalgia cuando llueve y a nuestro hijo que no vive no le podemos decir...''Mira hijo la lluvia ¿Te gusta?...A mí en lo personal me gustaría decirle a Leonardo tantas cosas que nunca le podré decir, mejor dicho yo le puedo contar un mil de cosas pero la diferencia es que él nunca me dirá ''Ya lo sé madre''...

Sé de lo que es arrear a un par de demonios para que se levanten y se metan a bañar por que hay que ir al trabajo, sé lo que es tener una niña de dos años y haber parido a otra y levantarme a hacer mis cosas y cuidarlas...Sé lo que es regañar a dos niñas por que no quieren compartirse sus cosas y sé lo que es ser una madre por igual....Pero también sé lo que se siente el no poder decir en voz alta los nombres de los hijos que no están, sé de la impotencia de no verme crecer el vientre y no sentir movimientos, sé lo que se siente ver morir a un hijo.

Tener hijos vivos y tener hijos muertos es algo muy ambiguo, no es como dicen de...''Ah entonces tienes dos hijas'' Si, pero esas son mis hijas vivas, tengo hijos que han muerto y ellos también cuentan...Pero eso no lo entiende cualquiera, no es algo que sea fácil de entender por que es una cosa que es como un antónimo...Ser madre viva y ser madre muerta no es fácil, por que muchas veces el corazón muerto quiere invadir al corazón vivo, muchas veces el corazón vivo se pone a saltar en medio de un parque de diversiones mirando al cielo y se le escapan unos lagrimones...A mí no me da verguenza que me vean llorar, me da verguenza que algunos hayan querido menospreciar mi dolor por miles de cosas, entre ellas por que ''Tienes dos hijas''.

En mis palabras perder un hijo del tamaño, tiempo y edad que éste tenga es un trago de ácido muriático que a nadie le deseo, uno queda desbaratada, seca...frágil...Nuestros bordes nunca serán los que teníamos de nacimiento, nunca volveremos a tener el cabello como cuando eramos niñas, nunca volveremos a ser las mismas que cuando estábamos radiantes por estar en la mejor etapa en la vida de una mujer, ahora somos madres algunas de hijos vivos, algunas de hijos muertos...Algunas como yo de ambos, pero independientemente de ello, ahora quizás estemos más radiantes por que fuimos a la guerra y no es que hayamos perdido, es que no debíamos estar allá y nos toco volver a casa a mirar la tele y esperar que un día toquen la puerta y abrirla y...Ver una linda caja rosa o azul o morada con las risas de todos los niños en el mundo con fotos de atardeceres brillantes y con niños corriendo por el parque o por un campo con las manos llenas de dulces...De todos esos lugares que uno no conoce pero no por ello, signifique que no existen.

Por ello cada que veo a esas mujeres que han perdido un hijo o varios, teniendo otros hijos, se hacen candidatas y ganadoras de mi admiración, por que no es fácil ser un ser extraordinario viviendo en circunstancias ordinarias.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Y puede ser...

Tal vez por las tardes, yo siempre tenga imágenes recurrentes respecto a momentos del pasado, tal vez yo siempre por las tardes me regrese un poco a esos días dentro de la casa aquella, con algunas cosas tiradas por ahí, tal vez siempre se me vengan ilustraciones tristes, como un niño con una bolsa de súper llena de juguetes rotos, como un niño en short y en el verano dibujando con un gis en el suelo un avión, una casa...Algo así y a lo mejor yo siempre por las tardes vea a una niña con los cabello sueltos y negros usando una playera azul y un pantaloncillo café mirando hacia la esquina de la calle siguiente a ver si viene su padre y la abraza.

Probablemente yo siempre recuerde ese día tan nefasto para mí-mucho antes del diciembre negro- Cuando me ''encerré'' a llorar con mi cachorra de pitbull su inminente muerte, tal vez yo siempre en los inicios de las cuatro de la tarde observe el cielo y recuerde con nitidez muchos septiembres infantiles rozando cejas de alguien en ese mismo parque del encuentro y desencuentro tal vez yo me esté haciendo una vieja y por eso algunas canciones me hagan llorar cuando en años anteriores me provocaban algo diferente.

Y Puede ser que en algunos días el mal genio se me salga un poco más y por todo, puede ser que durante algunos años siga viendo éstas caritas embarradas de chocolate y salsa de spaghettis ...Y sean todo un poema y sean el inicio de un día nuevo...Puede ser que a mí siempre me den ganas de llorar al oir una canción infantil.

viernes, 17 de septiembre de 2010

La hija ''rarita''...

Viendo fotos mías cuando era niña me veo tan diferente y creo que no soy a la única que le pasa, todos cuando nos miramos en esas fotos nos vemos diferentes y pensamos: ''Quién iba a saber lo que me pasaría ciertos años después''. La foto en cuestión está muy degradada por que han pasado como veinte años desde que se tomó, pero me aprecio usando un vestido con escarolas y crinolina, zapatitos blancos y una diadema azul...Estando arriba de una lanchita eso fue por los tiempos cuando mi papá me llevaba de paseo al mismo parque de diversiones donde ahora nosotros llevamos de domingo en cuando a nuestras hijas...Claro que...Está remasterizado y toda la cosa.

Al crecer nos volvimos huraños ¡upssss! Perdón, tiendo a mezclar partes de mi poesía gótica-surrealista-extrañísima-inentendible para la mayoría etc etc etc - Como decía al crecer cada uno elige lo que le gusta y descarta lo que no nos gusta y a veces elegimos cosas muy desviadas a como la cosa ''debe'' de ir estrictamente ( ni tan estricto pero)...Mi papá tal vez pensó que su hijita mayorssss sería femenina, distinguida, usaría vestiditos al ser adolescente y sabría reglas básicas de urbanidad, no sería una chica ruda ni diría cosas como: ''Chingas a toda tu putísima madre que te re re re mil parió'' ( carraspeando la garganta). Él probablemente no se imaginó que me gustaría el rock y me pintaría las uñas de negro, rojo o del color que cayera siempre y cuando no fuera de señora de sesenta y tantos...Y que no escucharía mis ''músicas tan pesadas'' Y que aparte de toooooodo, no me sentaría con las patotas abiertas, ejem.

Yo elegí usar jeans y destruir algunos y usarlos así, elegí usar cueritos y playeras con mis grupos favoritos...No sigo modas...No sigo conceptos...Yo tengo mi propio concepto de todo...

Yo elegí ser lo que yo quise ser...Y ni madres...!

viernes, 10 de septiembre de 2010

El negocio.

''Cuando yo iba a dejar a mi hija mayor al kinder, veía a la señora de los desayunos escolares ahí parada junto a la puerta de entrada, en verano, en otoño y en invierno y yo le encargaba el desayuno para mi hija, sólo limitándome a decirle su nombre...''

Ahora, yo soy la ''señora de los desayunos'' Más bien soy la ''chalana'' o ayudante de mi esposo quién es en realidad ''el señor de la cocina'' Yo cobro el dinero y lo meto en mi mandil azul con borde rojo, voy a comprar los jugos, sodas y demás cosas que las maestras encargan mientras mi esposo termina de cocinar lo que toque del menú, cuando se dan las diez con quince ya casi llegaron los niños a la cocina y yo tengo que servirles e irlos tachando de la lista para no confundirme...A veces hay que salir a buscarlos al patio, preguntarles a las maestras y asegurarme de que, en verdad les hayan tocado esos desayunos. Cómo llegamos ahí? No lo sé, un día hubo una junta escolar y la señora de los desayunos a quien yo sólo me limitaba a decirle el nombre de mi hija, ya no estuvo más y...Entonces emprendimos el negocio, es nuestro por que, pagamos una renta, compramos material y es nuestro negocio ...Va tomando forma y todo va resultando bien.

No será algo que, nos haga millonarios pero tenemos varios proyectos juntos como siempre, como aquel proyecto que empezó un mes de agosto cuando yo llevaba puesto un anillo color humo con tres piedras muy brillantes.

Sora está muy contenta de que su papá trabaje en la cocina escolar, cuando le pregunto si le gustaba más el otro trabajo o éste, ella responde que le gusta más que su papá trabaje en la cocina de su kinder...Por que lo ve todas las mañanas a eso de las diez y media, por que ya no tiene que esperar seis o siete horas para verlo, por que ya puede venir a la sala a las cuatro de la tarde a decirle: ''Ven papá mira lo que salió en la tele''. Ya no hay que esperar hasta las doce o una de la madrugada y que las encuentre dormidas ni los domingos pensamos que los parques están llenos de gente.

Habrá días y días, días no tan buenos y días muy buenos...Pero ahí estaremos, como hemos estado desde ese día cuando yo llevaba puesto un anillo color humo con tres piedras brillantes.