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viernes, 26 de marzo de 2010

¿Realmente dejaste partir a tu hijo?.

Y bueno, hablaré desde mi perspectiva como siempre, no sé si yo esté en otra etapa, no sé si mis embarazos no cuenten, ni sé si tenga que ver por que tengo dos hijas conmigo.

Puede que tenga y no que ver, pero realmente, cuando leo algunas cosas, me quedó alucinada, la vida es muy contradictoria, he entendido en éste lapso de tiempo, corto y largo a la vez, que es difícil no lastimar a alguien en el camino, que la vida no puede solucionar en el preciso momento que nosotros queramos nuestros problemas y demàs conflictos, es como estar caminando sobre un cuchillo, es difíci, repito, no lastimar a alguien.

Cuando alguien me pregunta, como me siento a raíz de haber perdido tres hijos, puedo decirles que me siento contenta de haber estado embarazada por poco tiempo y saber que dentro de mí se formaba otro ser, que se me cortaron las alas muy rápido y ellos volvieron a donde pertenecen y que todo eso tuvo un próposito, aunque suene a frase de consuelo mal hecha, cuando me pregunto yo, si los he dejado ir, puedo responderme tranquila, que si, que los he dejado partir ¿Quién soy yo para reprocharles el haberse ido? Y cuando un recuerdo del mal tiempo quiere acecharme, lo freno y miro a mis hijas para poder decir ''Estoy cumpliendo con la vida, puedo seguirlo haciendo y tropezando, pero sé que mis otros hijos, fueron mi promesa y la estoy cumpliendo poco a poco''.

Francamente no entiendo a las personas que, llevan el recuerdo de sus hijos con coraje, enojo y dolor, más aún, no entiendo esa clase de sentimientos negativos por alguien más, ¿Es qué, yo merezco más que cualquiera de esas personas tener un hijo? ¿De qué privilegios gozo para pensar que yo puedo manipular a la vida? ¿Por qué siento eso? Por que soy demasiado soberbia y estoy cegada por mi soberbia y eso me lleva a esa clase de reproches...¿Por qué se fueron tan pequeños de mi? No lo sé y francamente no me la voy a pasar toda la vida haciéndoles y haciéndome esa promesa, más allá de si sufren o no, no quiero verme amargada con el tiempo, ni pensando que mi vientre es inepto, ya bastante tengo con la carga de saberme madre de niños no nacidos, para atemorizarme pensando en conceptos que no sé ni de donde han salido.

¿Qué es dejar partir a un hijo? Decir ''Lo amé, lo recuerdo y aún conservo algunas cosas de él, le agradezco por haberme elegido, pero no era nuestro tiempo, vivimos un hermoso sueño que no llego a su fin, pero que, a pesar de todo eso, lo seguiré amando y recordando con gozo y veneración'' No entiendo el próposito de leer revistas de bebés si no tengo a los míos, no entiendo el propósito de seguir comprando ropa si nadie la va a usar, no entiendo el propósito de llorar su partida después de unos años y seguir doliéndole y haciéndolo sentir mal, disfrazado de dolor.

El dolor se escarpa en campos secos, y cuando uno pasa por ahí, sólo lo vemos, recordamos y decimos: ''No quiero ésto para mí y menos para mi hijo'' El dolor no debe irse con ellos, debe quedarse aquí con nosotros un tiempo y vivir el duelo, aprender la lección y entonces al dolor mandarlo a ese campo de concentración, para que nos haga más fuertes.

A mis hijos muertos, los dejé partir cuando supe que ellos no pertenecìan acá, cuando supe que eran como flores de otro mundo que en éste no podían habitar, no todavía, sabía que si los amagaba con mis lágrimas ellos se iban a quedar rondando mi cabeza, mis sueños, mi vida, no quería que mis hijos, opacaran mi alegría por que yo quise que la opacaran...No me hice la fuerte ni me tape de trabajos, ni de obsesiones ni de locuras ni de sufrimientos insufribles, fueron gotas de sangre, que se han convertido en mariposas...Respiran paz y yo también.

Mis hijos son el sueño que tengo a diario y que vivo en cada planta, árbol, pasto, mariposas y nubes, no son la pesadilla que vemos casi siempre en hambre, pobreza, fantasmas, coraje, envidia, negativismo, ocultando nuestros verdaderos sentimientos, no convertí el más hermoso sueño y anhelo, en la peor de todas mis pesadillas...

No son para mí, mis hijos, el llanto fantasma en medio de la noche, ni son el cuerpo invisible en un cuarto inhabitable, no son una cuna vacía ni unos pañales que se ponen amarillentos, ni un malo recuerdo, ni un triste recuerdo, ni envidias por los demás bebés...

Mis hijos son el agua que cae del cielo aunque esté en el desierto, son las brisas que una noche de primavera y verano me soplan en las manos, son los pájaros que viven en los árboles y que hacen nidos, son las manos de un niño inocente, son los ojos de mis hijas, son mis ojos, son los ojos de mi esposo.

Dedicado a Leonardo y sus hermanitos...Por supuesto.

2 comentarios:

Ceci dijo...

Ya te lo dije por el msn, pero que preciosas palabras Ale.

Es un escrito fuerte pero muy honesto, cargado de un amor tan grande hacia tus hijos, que emociona.

Es realmente difícil llegar a estos sentimientos, el camino tendrá sus gustos amargos pero el fruto de todo esto, sentir paz dentro tuyo, es muy dulce.

Un abrazo amiga! gracias por compartir esto. Leonardo y los gemelitos, asi como vos me decís de mi Ludmi, estan felices de verte caminando, con la frente en alto y con el corazón cargado de amor, y no de dolor...

Ceci dijo...

Ya te lo dije por el msn, pero que preciosas palabras Ale.

Es un escrito fuerte pero muy honesto, cargado de un amor tan grande hacia tus hijos, que emociona.

Es realmente difícil llegar a estos sentimientos, el camino tendrá sus gustos amargos pero el fruto de todo esto, sentir paz dentro tuyo, es muy dulce.

Un abrazo amiga! gracias por compartir esto. Leonardo y los gemelitos, asi como vos me decís de mi Ludmi, estan felices de verte caminando, con la frente en alto y con el corazón cargado de amor, y no de dolor...