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sábado, 18 de octubre de 2008

Migraña.

Migraña, bueno la tengo desde los 12 años, pero en ese momento no supe que era, siempre decía que me dolía un ojo y la mitad de la cabeza pero pasaron años para saber que era ''Migraña''.

Todo comenzó un día cuando me metí a bañar por la tarde, salí, me sequé, me vestí, y luego, al salir a la calle, el panorama se tornó amarillento, muchas luces se vinieron a mi vista pero sólo yo las veía y así duré todo ese día, mi primer episodio, a partir de ahí cada cierto tiempo, me dolía, aunque era muy joven como para advertir el dolor y prevenirlo, nunca pensé que yo me podía tomar una aspirina, nunca pensé en experimentar algo tan extraño, tan molesto y sobretodo tan doloroso.

Sentía naúseas algunas veces, y hacía su aparición cualquier día a cualquier hora y en cualquier momento, a veces cuando en la escuela estaba bajo presión por exámenes o días difíciles se hacía todavía más agudo y constante, pero sólo decía ''Me duele un ojo junto con la mitad de la cabeza''.

Un día, hicieron un programa de otorgar anteojos a quienes lo necesitaran, pero yo veía bien, ( o eso creía) me hicieron mi exámen y salí apta para usarlos, fuimos hasta el palacio de gobierno, era un programa muy importante parecía, y bueno, me dieron mis lentes, sin embargo aún me dolía muchísimo.

Nada me quitaba el dolor, sólo dormir, y a veces ni eso y me despertaba en algunas ocasiones viendo más luces que las que había visto el día anterior, pero aún así no le daba importancia, mi papá decía que seguro me había dado aire por estar tanto tiempo fijando la vista, pero no era eso.

Un día al cumplir los 15 años, habiendo tomado todas las aspirinas del mundo, decidí ir al médico, y después de hacerme muchas preguntas, sentenció:

''Tienes migraña fíjate, y eso no tiene cura, ni siquiera sabemos a ciencia cierta que la causa''. Era demasiado jóven para saber e intepretar esas palabras, seguro me daría algo efectivo y entones aunque no hubiera cura los dolores se quitarían, me dijo que había otra opción pero esa desde siempre estuvo descartada, ahora entiendo por que el médico me pregunto como me sentía al saber que lo que padecía no tenía cura.

Me dio unas pastillas que desde nunca me sirvieron, a veces hasta sentía que me hacían el dolor más intenso y más insoportable, entonces recurrí a remedios primitivos como envolver hielos en una toalla y mojarme la cabeza con el agua más helada que encontrara, funcionaba a veces, a veces no, y entonces fue cuando supe que así me iba a pasar algunas veces en toda mi vida, pero no me agobie, aún era joven para conocer ésta sensación que experimento ahora.

Neurológo al que voy, neurológo que me dice lo mismo, ''no hay cura peroo..'' La misma historia de siempre, pastillas que me funcionan un tiempo, pastillas que me dejan de servir y entonces cambio de medicamento y es lo mismo siempre, la misma y tediosa historia de describir el dolor para que el neurológo haga tiempo y diga lo mismo, estoy cansada de eso, cansada y harta de que sólo me digan que fumando un cigarro de ''eso'' se me quitará, obvio no lo voy a hacer, y ni modo, no hay remedio, por eso ya no iré al neurológo ni creeré en remedios milagrosos, en pastillas que la quitan inmediatamente, en medicamentos caros que prometen milagros, no, ya no, se acabó.

Desde los jodidos 12 años estoy igual, no sé si hoy me duela, pero no pienso en eso, toda la semana pasada me dolió, se me borró la visión de un lado, y a nadie le importa, nadie lo entiende y creen que es sólo un dolor de cabeza pasajero, pretexto para no hacer las cosas pero no es que no quiera es que no puedo.

Aún así las hago por que las tengo que hacer, por que tengo que atender a mis niñas, que ojalá y ellas no hayan heredado esto, por que es heritario, por que es a más mujeres que a hombres a los que les da, por que es algo horrible, por que prefiero volver a sentir contracciones artificiales mil veces a sentir como me martillan el cerebro de un lado...

Ya no tomaré nada, nada me sirve, ya no ire a ningún neurológo, ¿Para qué? No me sirven a mi, no tiene caso gastar saliva, tiempo y dinero, se termino.

1 comentarios:

Virginia dijo...

Hola!

Me llamo Virginia. He encontrado tu blog por casualidad, y ya sé que este post es de hace tiempo, pero al leerlo me he sentido en la necesidad de comentar algo. Espero al menos que te llegue el mensaje de apoyo.

Yo también tengo migrañas. Son esos asquerosos e infinitos momentos de dolor que vienen sin previo aviso y que te dicen que pueden estar provocados o verse acentuados por:estrés, nervios, cansancio, falta de sueño, depresión, exposición a ruidos, luces, bla, bla, bla....
Pero lo cierto es que, hay veces que llega incluso cuando más tranquila estás. ¿Por qué? Nadie lo sabe.
Yo también tengo algunas pastillas que a veces alivian, pero es algo con lo que hay que vivir, y no se quita. Esperar que pase lo menos posible. No obsesionarse. Y hacer todo lo que esté en nuestra mano para, al menos, estar en paz cuando vienen las crisis o episodios de dolor.

Es un asco, lo sé, pero no se puede hacer mucho. Una vez me tuvieron que ingresar en el hospital en mitad de la noche porque me dolía tanto que incluso deseaba golpearme la cabeza contra la pared. Lo sé, es excesivo, pero sólo quería que desapareciera. Y esa noche me dieron medicación en vena. Se me pasó bastante, lo gracioso es que me dolían los músculos de la cabeza como si hubieran corrido la maratón.
Y es cierto, la gente no lo entiende. Nadie cree que no puedas hacer tu vida normal sólo porque te duela la cabeza. Y es que no se puede cuando pasa.

Bueno, amiga, un abrazo y ánimo con nuestra causa.
Recuerda: el vino y el chocolate vienen muy mal cuando tienes migraña, al menos eso dicen.