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sábado, 6 de septiembre de 2008

Lola.

Hablar de ella es enigmático, hay tantos secretos y tantos silencios, que le tipíco grillito se asoma cada que viene, no soy muy platicadora de por si, me cuesta trabajo entablar una conversación pero cuando tomo confianza ya me suelto un poco más, a veces me saca plática, pero platica más con mi esposo que conmigo, me pregunta cosas de las niñas, y siempre dice que no encontró la marca de 'x' leche, o de 'x' pañales ¿Y cómo habría de encontrarlo si nunca se ocupo de mi? Quién me compraba pañales y leche, ropa y zapatos, conocía mis tallas y las marcas de pañales y leches era mi papá, así que no me asombro.

Ella se fue hace muchos años de mi vida, desapareció de mi existencia, pretendió que nunca existí para continuar con su vida, con sus cosas, y quien se hizo cargo de mi, fue mi papá junto con su madre, mi abuela. Pero la vida no acabó ahí, y yo era muy pequeña para saber que sucedía, nadie me habló mal de mi madre, ni siquiera era un tema de conversación para nadie, sólo para mi abuela que quería quedar bien con sus amigas contemporáneas y decía que mi madre nunca me visitaba ni me daba absolutamente nada, y era cierto, pero no era un tema propio para comentarlo, en su afán de quedar bien, quedó como la ridícula madre de su hijo que se quiere vestir de heroína, pero era todo lo contrario.

De mi madre supe poco en mis años de infancia, pero tampoco me pregunté nunca los por qués de esa desición, mi papá a su modo supo llenar esos huecos, y aunque tampoco lo veía mucho por cuestiones de trabajo ( entre otras) fui feliz dentro de lo que cabe, aunque mi abuela me haya hecho la vida de cuadros, fui feliz con mi padre, en mi infancia y adolescencia, la vi muy pocas veces, de lejos, y sin que ella me conociera, se encontraba a gente que nos conocía y le preguntaba por todos los de la familia, menos por mi, supongo que en ese momento no le importe, y entonces dejé de pensar en bobadas, estudié, y luego conocí a mi esposo, obviamente no asistió a ninguna de mis graduaciones, ni a la boda, ni a ningún lado y en eso nos fuimos a vivir a México, Df, y cuando regresamos acá, mi papá me dijo que ella había marcado, para ver si era cierto que me había casado, y él le dijo que si, pero no hubo más que eso.

Casi un año después, cuando estaba yo sospechando del embarazo de mi hija mayor, alguien tocó a la puerta, ni siquiera oí el estruendo de los escalones, y mi esposo abrió, hubo un silencio de esos que uno sabe que algo sucederá, y fue a la recámara y me dijo: ''Ahí te buscan'' yo pensé mil cosas, que a mi papá le había pasado algo, que era un cobrador, no sé, pensé muchas cosas en el corto trayecto del cuarto a la puerta de entrada, y al asomarme vi aquel rostro que dejé de ver sin darme cuenta, parecía que no habían pasado los años por ella, un rostro rechoncho pero sin imperfecciones, piel morena, ojos grandes, pestañazas postizas, brillos y más brillos, y en eso yo exclamé un efusivo !Hola!...Ella entró y entonces reapareció intermitentemente, luego supe que si estaba embarazada, y cuando se lo dijimos, los ojos se le humedecieron, varias veces la he soprendido así, apareció durante un tiempo más, llevaba cosas para la bebé, luego en febrero de 2006, se volvió a ir, pero yo no le tome importancia.

Al cabo de unos meses, nació mi hija, en mayo del 2006, y una semana después cuando una voz chismosa le dijo que yo ya había parido, un sábado, subió esos escalonazos junto con una bolsa gigante retacada de cosas de bebé, y otra vez los ojos se le pusieron húmedos a pesar del maquillaje excesivo, de las pestañas con brillos y del rojizo rubor, pero duró poco también eso, por que luego se volvió a ir.

Luego del cambio de casa y de ni una sola llamada por énesima vez, un día de diciembre del año pasado, otra vez alguien tocó a la puerta, creí que sería cualquier gente, vendedores, predicadores, alguien preguntando por la casa de enseguida, pero no, al ritmo de ''Soy yo'' volví a ver ese rostro añejo, sin arrugas, la misma piel morena, creo que ha sido la primera vez que me he bloqueado al ver a alguien, me preguntó que si la dejaba entrar y le dije que tenía mucho tiradero ( y si tenía muy tirado) pero ella dijo que no importaba, sin saberlo cerré la puerta y fui al patio a decirle a mi esposo, él vino y después de unas palabras amargas, la dejó pasar, vio a la niña, y la bebé ya no la conocía, sólo la miraba con sus grandes ojos, luego sacó de la bolsa un dinero, yo por el impacto no pude ver bien cuánto era hasta que los extendió y se los dio a Sora, y le dijo:''Tenga mija, para que le compren un abrigo''. Yo le dije que no era necesario, y mi esposo también, pero ella insistió, y nos compramos un arbolito pequeño, ninguno de los dos era ( o es) de festejar nada, pero con niños todo cambia.

Y así ha estado presente intermitentemente, mi padre se mantiene al margen, y ella viene, ayer vino, y entonces me dijo que si yo la veía como amiga, ella me veía como hija, que ella era mi madre aquí y en china, y que aunque yo le dijera ''Lola'' ''amiga'' o como le dijera, ella era mi mamá...

Supongo que esa persona que me dijo hace ya muchos años que cuando estuviera enferma y condenada me iba a buscar, tuvo razón, pues está enferma, duerme con oxígeno, y sé que pronto morirá, ojalá hubiera hecho todo eso, y dicho todo eso antes, cuando aún había tiempo, pero en los ojos se le ve la muerte, aunque ella los disfrace bien de brillos y pestañas enormes, no me interesan las herencias, ni los porcentajes en los seguros de vida, realmente nunca me interesó nada, por que nunca me hizo falta nada, y aunque hubiera sido más pobre que nadie, tampoco me hubiera interesado, Muchas veces quise cambiar todo lo que tenía por una casita del cerro, pero con mis papás, supongo que era mucho pedir por que nunca se me hizo realidad, sólo guardó el recuerdo de aquella primera y última navidad con los dos, y después me beso el caos.




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