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domingo, 28 de septiembre de 2008

Hubo una espera.

Y esa espera fue bastante rara, al menos para mi, después de muchos meses sin regla, y sin nada que me dijera que estaba embarazada de nuevo, me hice un test de farmacia, salí con el positivo en las manos.

No lo creía, no había tomado nada de cuidados, fumaba, en fin, se me hacía una broma del destino, ¿Cómo iba a estar embarazada si usaba antinconceptivos? Y entonces millones de preocupaciones y preguntas se me vinieron a la cabeza, ¿Por qué no se movía? ¿Tendría alguna malformación? ¿Estaría bien? ¿Cómo iba a ser todo? Muchas cosas pensé, pero afortunadamente todo estaba bien, problemas con la placenta pero todo bien.

En la semana 23, el Dr, me dijo que era niño, !Un niño! que emoción, entonces el papá se puso a elegir un nombre, y empezamos a comprarle ropa azul, y hasta la bañera es azul, aunque sentía algo no sabía muy bien que era, tenía miedo, pero cuando empecé con las contracciones el día martes 19 de agosto, ese miedo se me quitó completamente y nos fuimos don marido, Sora y yo a la cliníca a tener a mi ''niño''.

Fue un parto de lo más hermoso, la historia de terror que pasé con mi primera hija, quedó en el pasado...P-A-S-A-D-O, tuve desde el inicio un trato humano y amable, al cabo de una media hora me llevaron al quirófano, ya sentía la cabecita el ''niño'' y entonces el dr me dijo que nacería pronto, y que tenía mucho pelo, ( y si que tiene mucho) al dar el último pujo, una voz esclamo:

!ES NENA! ¿Qué, una niña? Me quedé con cara de boba que era de foto, y luego lo único que me preocupó era su estado de salud, todo estaba en orden, y cuando me la pusieron sobre el pecho después de que la revisó el pediatra le dije ''Hola, ya saliste en la casa te espera tu hermanita mayor''...

Durante 9 meses estuve esperando a un niño que nunca existió, pues lo que llevaba en el vientre era una mujercita hermosa de pelo negro y piel blanca, con unos cachetones hermosos y regordetes, entonces, tuvimos que cambiar el nombre, y su primer cambio de ropa fue una pijama azul de dinosaurios.

Eso de las equivocaciones lo veía como leyendas urbanas, como algo que nunca o casi nunca pasaba, pensé en la certeza del ultrasonido, y hasta el final, culminó con esa sopresota.


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