RSS

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La luz de la tarde.

Se cuela por las ventanas, entra hermosa por la sala y se va diluyendo en el frío de las 6...

Por alguna extraña razón la melancolía siempre me persigue, con esas manos heladas y finas, con esos cristales de recuerdos gloriosos, epócas pasadas, días inexistentes que nunca volverán, por que tal vez nunca exisitieron.

0 comentarios: