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martes, 25 de mayo de 2010

La covacha que dejó de ser covacha.

''El amor dejó de ser amor cuando a la mujer canosa la dejaron sola y en las ruinas de ese imperio que ella misma construyó''.


Hoy pasé por mi antigua calle, pasaré más seguido pues mi padre decidió por fin mudarse de planta a esa casa sin distribución que alquila desde hace 15 años, mi rumbo no es precisamente esas calles de la zona de arriba, yo vivo casi en el centro, pero aún así sigue siendo la misma colonia antigua de todas las épocas. Hoy iba pensando en quien sabe que cosas, supongo que en ese tipo de cosas que uno piensa cuando es tiempo de calor y al llegar al pedazo de la banqueta de esa cuevecilla que habité durante muchos años, noté que había voces en el interior, vi que una chica con una playera morada estaba entrando y recargándose en la puerta de esprín mientras seguían saliendo ruidos y gritos de jovenes avispados por comenzar la universidad.

No me detuve si no hasta llegar a casa de mi padre, que está sólo a dos viviendas de la casona donde viví, la había alquilado por que, mi abuela ''necesitaba'' a alguien de sus hijos viviendo cerca...Y así se nos pasó la vida y el tiempo. Me gustaría entrar para verla por dentro, ¿Estará todavía la mancha de cemento que se quedó pegada en el piso hace ya 9 años? ¿Y ese color salmón en las paredes? ¿Y esas paredes de cemento rasposas con tintes de piedra? Y todas esas cosas que no se me han olvidado.

Si esos jóvenes supieran lo que sucedió ahí quizás desde antes de que ellos nacieran tal vez se pondrían a pensar en las historias que guardan los muros de todas las casas, ahí vivía una chica irresponsable que, andaba deambulando en las noches por ahí y por allá...Y ahora es la misma chica pero responsable, ahí vivía una anciana que al último tiempo, dejaban sola y le daban de comer en latas de atún sin escurrir...Y esa misma anciana, veía pasar a mi padre cada mañana, cada tarde y cada noche y cada que pasara pero no se atrevía a gritarle ''¡Mijo, venga, venga! Cuando las casas quedan vacías mucho tiempo, cuando las partículas quedan suspendidas mucho tiempo, cuando las cosas que están por ir a la basura están dando sus últimos respiros, se liberan ecos...De gritos, de risas, de lágrimas, de enojos, de domingos bizarros, calurosos, de sábados en invierno, de uñás postizas en acrílico, de tantos surrealismos que uno trae escondidos, incluso quedan ecos de otros tiempos...Mucho antes de los nuestros.

Yo recuerdo ese día cuando corté unas flores de un pequeño jardín, y las llevé a la casa para darsélas a mi papá...Yo recuerdo cuando era niña y los juegos estaban en pausa por cuidar a los mayores...Y también de esos días imparables de natación y clases extra en vacaciones....También los últimos días de mi estadía permanente, creo que fue uno de los veranos más calurosos...Cuando tenía los pies levantados, mirando entre las rejillas del portón negro...Pensando: ''Un día me iré de está cueva'' .

Muchos otoños se pasaron, incluyendo el diciembre negro...Que esas paredes no pudieron sentir.

Ojalá un día pudiese entrar.

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