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domingo, 4 de octubre de 2009

Más nostalgias.

La luz y el viento se hacen uno solo, en ésta sala donde el único sonido por ahora es la música de ese disco que me trauma y me gusta tanto.

Allá afuera, se ve la lila moverse al compás del aire, al compás de todos esos días que yo desperdicé...Y que a veces sigo desperdiciando, y en la calle un poco más afuera, se escuchan sirenas de ambulancia, ladridos de perros y el silencio de la calle es lo que remata al ruidoso entorno urbano.

Para que vengas a casa amor, aún faltan algunas horas, no tantas claro, pero cada domingo se repite la misma secuencia de siempre, con algunas variaciones claro, pero en escencia es lo mismo cada domingo, que en otros tiempos eran negros, tan negros como ese diciembre; hoy no hay niños jugando en el parque, ni abuelitos risueños, ni hijas a la espera del día siguiente, por que a veces parece que no hay regreso, pero siempre lo hay y lo encienden las luces mercuriales, y lo encienden las 7 de la tarde de esos domingos cuando el calor iniciaba y yo venía contenta y a la espera de otro fin de semana.

La casa nunca ha estado vacía, ya no hay ese vacío de otros años, ni de esas asomadas en la ventana de ese piso en alto, para ver si por ese alto venias, ni hay asomadas tampoco, mientras yo veía el noticiero local, cuando las cosas no estaban de color rojo y rojo vino, yo me asomaba para ver el filo de tu camisa verdosa del uniforme, y escuchar tu toquido clásico que ahora entre rejas azul rey, puertas abiertas y pasos firmes...Se ha perdido.

Ya no escribo tantos poemas como en ese presente que ha pasado, ya no escribo tantas prosas, es más que ni escribo ya, pero si tú un día te fueras, yo me quebraría en pedazos, y sólo quedaría entera para las niñas, más bien es que no soportaría que llegaran las 11.00 de la mañana de lunes y saber que ahora iría sola por Sora al kinder, no soportaría llegar y no verte haciendo la comida, ni soportaría tampoco el no oler a comida recién hecha...Como cambiaría mi vida si tú te fueras.

Mantendría la puerta abierta por inercia, y cuando viera esos edificios del centro pensaría en nuestros paseos de pareja y como padres, pensaría en aquellas veces cuando me tocabas la mano y me la entrelazabas con la tuya, en como mis dedos se aferraban a los tuyos, y de sólo pensarlo esa nostalgia negra viene y se esfuma.

Por eso, ahora que amanecimos, que estamos, que nos tenemos, hay que aprovecharlo, y seguir paseando por las calles del centro, viendo los edificios, acórdandome de cuando nunca entramos a ese concierto, acórdandome de todas esas tardes en la búsqueda de empleo y yo te acompañaba, desde ahí estábamos juntos en éste barco...

Hoy más que nunca la voz de Mr.69 me llegó hondo...

Más nostalgias negras que se tocan como piano, como piezas de vals que bailan en el asilo unos ancianos que recuerdan los buenos tiempos...

Yo sigo como Poe, diciendo y a cada suave brisa que soplaba en aquel grato tiempo...

Y ya pasaron muchos tiempos, y cada uno fué grato pero por ratos...Y no hay ninguno más bonito que esté que estoy pasando junto a ti.

Te amo.

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