Cada que...

Cuando escuchó una canción que me gusta, que me hierve la sangre, que me transmite algo, siento ganas de volver atrás y perseguir mi sueño, ese sueño que es eso, una utopía, de niña cuando me subía a muchos escalones y veía hacia abajo, me imaginaba que estaba en un gran concierto, eso me pasaba cuando estaba en el kiosko de la placita, pensaba que yo era una gran cantante y que mucha gente iría a verme, sentía que era famosa y que la gente iba a corear mis canciones, que me iban a aplaudir y yo me iba a aventar al público como en los videos que salen en la tele...

Ahora más o menos me pasa lo mismo, me imagino que hay un gran público cantando conmigo, y que soy famosa, que tengo aplausos y muchos fans, me imagino en un escenario de piso brilloso, con un pantalón de cuero, bailando muy bien ( no sé bailar) Teniendo a todos atónitos, haciendo movimientos rockerones y ágiles, teniendo el mundo en mis manos en ese momento, olvidando la verguenza de si me veo ridícula, de si estoy gorda, sosteniendo un micrófono por donde mi voz llega a cada esquina del recinto imaginario, haciendo lo que me gustaría y/o hubiera gustado hacer.

Es sólo un sueño, pero en ese sueño me imagino estando feliz y con las personas que quiero y me quieren en primera fila...


La realidad es que soy estilista, ama de casa, mamá, esposa, mujer y soy mexicana ( ahhh eso sonó a comercial de tv)...Jojojo, no me disgusta mi realidad y soñar no cuesta nada, seguiré usando mi celular de micrófono y a mis hijas como mi gran gran público.