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viernes, 18 de septiembre de 2009

Cuando mi papá salía de viaje.

Siendo yo adolescente y teniendo consciencia de las cosas malas del mundo, cuando mi papá salía de viaje simpre pensaba: ''Ojalá regrese'' Me daba mucha tristeza saber que él se iría de viaje aunque fuera sólo un día, y me preocupaba además lo que pudiera pasar en el camino, la mayoría de las veces no pasaba nada fuera de lo normal, que se descompusiera el autobús, que se retresara, que llegara 10 ó 20 minutos más tarde que de costumbre a su destino, hasta que un día, hace casi 6 años, sucedió algo que ojalá nunca hubiera sucedido.

Corría el mes de noviembre del año 2003, yo acababa de cumplir 18 años, (sin duda me hubiera dejado muy joven) El frío estaba fuerte, todavía hacía frío cuando debía hacer, y esa tarde, llegó muy emocionado a casa, con dos cajas de zapatos, se compró dos pares, y estaba pidiéndome opinión de cuales se verían mejor con cual traje, entonces, me dijo: ''Hay una sopresa en el clóset'' Yo fui a ver y me encontré con una chamarra de piel, con un corte que era perfecto, con una suavidad que era ideal con un siper que corría de arriba hacia abajo sin atorarse, olía a piel, entonces me la puse y el suéter que traía debajo, resaltaba a pesar de que era gris.

Se llevó el par negro, con un traje negro, con una camisa blanca y una corbata negra, tomó su portafolio y me dio un beso, me dijo: ''Nos vemos el viernes, pórtese bien'' No sin antes darme su bendición aunque ya en ese entonces yo era atea. Pidió un taxi y se fue, yo sentía eso que a uno le corre por el cuerpo cuando sabe que algo sucederá y me quedé afuera con mi chamarra de piel, con el frío en mis mejillas, viendo con el taxi doblaba la esquina.

Cuando el salía de viaje yo no podía dormir bien, soñaba que él ya estaba de regreso y que estaba parado en la puerta esperando que le abriera, pero al darme cuenta que sólo era un sueño, me sentía un poco triste, siempre me despertaba a las 5.00 am en punto, para esperar su llamada y saber que estaba bien, esa vez no fue la excepción, y como a eso de las 4.30 am, sentí la necesidad de llamarle, pero el celular estaba apagado, volví a la cama y esperé media hora...Prendí la televisión y, esperé y esperé a que él me llamara, el sol empezaba a salir, el frío se dejaba sentir y mis manos estaban heladas, de repente a las 5.45 am, sonó el téléfono, contesté pero sólo se escuchó un murmullo, luego de eso, fallidos intentos de llamada que nunca se concretaron, a las 6.00 de la mañana en punto, entendí que algo no andaba bien, y con MTV de fondo y el video de los ''Red hot chilli peppers'' ''Fortune feaded'' Logré comunicarme con mi papá, con una voz apurada me dijo: Mija, asaltaron el camión, casi nos morimos todos, estoy en rodeo, declarando, yo le marcó cuando llegue a Durango, no se apure''...Y dieron las 7.00 y las 7.30 y las 8.00 entonces, vi el número de donde llamaba, marqué y era una caseta teléfonica, me contestó una mujer muy amable, quien me dio ánimo en esas horas tan difíciles. Ella conocía a mi papá pues, solía ir a comprar cigarros cuando pasaba por ahí, lo conocía muy bien, y me dijo que lo vio subirse en un camión guajolotero que venía de la localidad de ''Santa María''...Que si el celular estaba cargado que ya podía agarrar línea, que me tranquilizara...

Dieron las 11 de la mañana, un frío recorría todo mi cuerpo, recordaba fragmentos de cuando era niña, y recordaba el día anterior, veía mi chamarra de piel colgada en el clóset y la colilla d cigarro que había fumado, pero espantaba los malos pensamientos de golpe, cuando pensé que algo más le había pasado, pues no me dijo bien a bien su estado de salud, decidí llamar al dueño de la empresa a la que él atiende, fue entonces cuando las palabras mágicas se oyeron: ''Su papá está aquí a mi lado señorita'' Me lo pasó y me contuve para no llorar, sólo le dije que lo amaba y que lo esperaba en casa...Luego de eso, me llamó 20 minutos más tarde desde casa de los dueños de la empresa.

A mi papá los asaltantes le pegaron en las costillas y algo más en la cara, perdió varias tarjetas pues aventó todo para pasar por alguien que no traía dinero, a pesar de que sabía que no estaba mal y que volvería, un nerviosismo me acompañó durante las 11 horas más largas, las de su regreso, no iba a estar tranquila hasta que,lo viera bajando del taxi, hasta que viera que estaba bien...Hasta que lo viera vivo.

Llegó la madrugada del 22 de noviembre del año 2003, lo vi con esos ojos verdosos, cansado, entonces me platicó como había estado todo.

Rumbo a Durango, hay un poblado llamado Rodeo, ahí es una carretera libre, no se paga peaje, en la madrugada como a las 4.30 ( cuando yo sentí que debía llamarlo) El chófer se detuvo pues había en el camino unos pedruscos, entonces, segundos más tarde, aventaron piedras a las ventanas, el terror, el verdadero terror estaba presente, no recuerdo cuantos hombres eran, pero se subieron al camión que con las piedras lo dejaron mitad en tierra mitad en un precipicio, mi papá viajaba hasta atrás, pues ''curiosamente'' no hubo lugar adelante, mi papá me dijo que agarró un broche baco, y lo abrío, esos broches para sujetar los papeles, abiertos son una navaja, lo escondió entre la manga del saco, y tiró a prisa su maletín, ninguno de los hombres ''curiosamente'' lo vio, y se fueron, mi papá se quedó atrás pero el camión se balanceaba, él y un chico ''gordito'' se ayudaron a salir, no sé si por una ventana o por la puerta...Acabando de salir, el camión cayó.

Mi papá buscó su portafolio pero las dos tarjetas de tres que tenía, no las volvió a ver, desde entonces viaja por la carretera de paga donde np hay precipicios, ni cosas extrañas, si él se hubiera muerto, entonces si yo, me hubiera quedado sola. No hubiera conocido a sus nietas que tanto lo quieren, y tampoco estaría presente en mi vida, sería sólo un recuerdo, al que yo siempre le guardaría mucho amor y cariño, pero ya no estaría conmigo.

Ayer me dijo que yo era una gran madre y que no le hiciera caso a mi mamá, las cosas han cambiado, y aunque me sigo preocupando cuando sale de viaje, aquello no lo voy a olvidar, y lo tomaré como una segunda oportunidad.

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