RSS

lunes, 9 de marzo de 2009

A 27 grados.

Casi entra la primavera, aunque faltan semanitas, ya casi es primavera, y se deja sentir el fresco propio de la estaciòn.

En las mañanas amanece algo fresco, aùn dan ganas de taparse con una cobijita calientita, pero conforme me despierto bien, me destapo y observo las transiciones de la mañana, la primera vez que abro los ojos son cerca de las 6.00 am, es cuando los grititos de Leona me despiertan y veo a su papà levantarse y hacerle una tetera y veo como la ventana està de color gris, denotando el amanecer, luego cierro los ojos y los abro cerca de las 7.30 am, ya con las cortinas inundadas de amarillo, y el cuarto empieza a ponerse color rojo, luego nos hacemos nuestro cafè, y luego le damos su desayuno a la niña, y vemos un rato la televisiòn, desde que te cambiaron el horario al medio dìa, tenemos màs tiempo para despertar juntos, y para ver nuestras verdaderas caras jijijij.

Luego empieza el dìa, hay que levantarse, bañarse, vestirse y vestir a las niñas, lavar ropa, lavar trastes, barrer y trapear, darle forma a la casa que cada dìa amanece peor, y luego, el almuerzo, esas horas tediosas donde no hay màs que sopor, convivimos un rato, y luego te metes a bañar, te vistes y te preparas para irte a tu empleo.

Son las 5 de la tarde, han pasado exactamente 3 horas y media desde que te fuiste, pero sè que como ayer, como hoy como siempre, verè oscuro y pronto vendràs, y me contaràs de tu dìa, y yo te contarè de mis aventuras con las niñas, de lo que hicimos, te contarè a que jugamos, de que converse con Sora, de los grititos graciosos de tu gigante de àzucar como le dices a Leona, de lo que me platico mi papà, del cafè que me tome, de todas esas cosas que sòlo tù valoras.

Y cuando me pongo a contarte cosas de mi infancia, de mis travesuras, de las tardes de verano en la plaza del Santo Niño, patinando, corriendo, viendo gente, de cuando a la fuerza hice la primera comuniòn, de esos dìas de secundaria cuando a escondidas me fumaba un cigarro entre los àrboles del parque, de mis fracasos para hacer amistades, de mis discusiones con esa abuela que no me quiso nunca, de cuando mi papà y yo eramos los mejores amigos, y me pones atenciòn, y me miras con esos ojos de saber el resumen pero que lucen atentos.

Y a veces tù me cuentas, de tus viajes a ese pueblo donde hay ricos quesos y gente de Francia, a donde tu abuelito llegò cuando tus bisabuelos llegaron de Paris, y se quedaron viviendo ahì, en ese pueblo de Veracruz, me platicas del rìo que estaba a espaldas de tu casa, donde te metìas a bañar y te tirabas de una rama, me platicas de lo que te gustaba comer y de las veces que ibas a lunadas, y yo te escucho por que eso ya me lo sè de memoria, me cuentas de tus estudios, de tu vida y tus pasatiempos, y luego me frunces la nariz de ese modo que tù tienes con esos gestos que te caracterizan.

A veces me pongo a platicarle a Sora cuando nos conocimos y tù dejas de hacer lo que estàs haciendo y me ves y me escuchas y te rìes, y termino platicàndote a ti por que ella se va a jugar.

En dìas como èste, tu presencia me hace bien, adoro cada parte de tu cuerpo, aunque tengas panza, aunque no te gusta que te diga gorduchin, adoro tus manos, tu pelo, tus ojos, sobretodo tus labios, tus ojos; amo cada parte de tu interior, tu sarcasmo y tu humor negro ( insoportable a veces) tu amor sobreprotector, tu amor tan oscuro y luminoso, y siempre me diste paz y confianza, eres un maravilloso ser humano, lleno de amor y de luz.

Te amo.

2 comentarios:

Vane dijo...

cuanto amor se tienen!!!

me encanta leer historias asi de emocionantes!

Anónimo dijo...

Hola Vane:

Gracias por seguir viniendo....!!!

Cuidense, besitos a tus preciosos niños...DESDE MÈXICO.